El cilindro de embrague convierte la presión generada al accionar la maneta de embrague en un movimiento de los discos de embrague.
Un cilindro de embrague defectuoso o desgastado puede provocar la pérdida del funcionamiento del embrague o dificultades para cambiar de marcha.
Por lo tanto, el mantenimiento periódico y, en caso necesario, la sustitución del cilindro de embrague son importantes para garantizar un funcionamiento óptimo del embrague y una conducción segura.