Las juntas de escape son cruciales para garantizar una conexión estanca entre los componentes del sistema de escape. Evitan que los gases de escape salgan del sistema de escape y garantizan así un rendimiento óptimo y un menor nivel de ruido.
Una junta de escape con fugas puede provocar una pérdida de potencia, un mayor consumo de combustible y posibles daños en el motor. Es importante comprobar periódicamente el estado de las juntas y sustituirlas si es necesario.
A menudo se utilizan materiales de alta calidad, como el grafito o el metal, para garantizar una larga vida útil y resistencia a altas temperaturas.